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Perú

Viaje por Perú: Cusco, Machu Pichu y Lima

el
06/09/2018

Una nueva aventura comienza.

Cusco


Larguísimo viaje tuvimos hasta Cusco. Mezcla de ciudad colonial con altura que nos daba taquicardia, cansancio del viaje y ganas de salir ya a conocer y descubrir esos aromas que nos recibieron apenas llegamos.
Fuimos directo al hostel con la idea de dejar las mochilas y arrancar a caminar la ciudad como nos gusta hacerlo cada vez que llegamos a un lugar. Cusco no paró de sorprendernos.

Nuestro hostel estaba, de pura suerte, en el barrio de San Blas. Un barrio de artesanos, talleres y tiendas de artesa nía, es uno de los sitios más pintorescos de la ciudad.
Con calles empinadas y estrechas con antiguas casonas construídas por los españoles sobre importantes cimientos incaicos. Nuestra aventura comenzaba sólo con querer llegar al hotel.

La primer visita a la mañana siguiente de nuestro arribo, fue ir a desayunar al mercado de Cusco. Saliendo de la ciudad antigua por la inmensa puerta que “divide” la ciudad, a unos metros, nos encontramos con dicho mercado. Fue tal cual lo que esperábamos. Un galpón gigante en el cual los puestos estaban todos juntos y se conseguía de todo, ropa artesanal, desayunos autóctonos y bien caseros, carnicerías, verdulerías, una gran variedad de puestos en los que nos distraíamos viendo lo que tenían en cada uno de ellos.

Creemos que en los mercados se ve la esencia de la ciudad, es por eso que nos encantan y a cada ciudad que llegamos tratamos de pasar por uno.
En Cusco resaltan las construcciones incaicas con mezcla de españolas que se sucedieron luego de la conquista. Podemos observar claramente la diferencia entre una y otra.

En la película “Diarios de motocicleta” Nestor, un pequeño guía le cuenta al Che la diferencia entre las construcciones Incas que soportaron el paso del tiempo y los temblores que se suceden en la zona. Y las construcciones de los “Incapaces”, en este caso serían los colonizadores, que de menos tiempo, estas últimas sí sufrieron los temblores.

Conociendo el Valle Sagrado

Comenzamos nuestra aventura por la historia. El Valle Sagrado tiene varios kilómetros y varias opciones para recorrerlo. Puede ser en un bus turístico, en bicicleta y hacerlo por tramo o, como decidimos nosotros, en una moto la cual nos dió la posibilidad de recorrerlo completo y apreciar su inmensidad e increíbles paisajes que lo rodea. Teníamos todo listo para arrancar el recorrido en el Valle Sagrado. Tanque lleno de la moto, el mate y la cámara de fotos lista.


Nuestra primer parada fue muy cerca de Cusco, en Sacsayhuamán la cual es una “fortaleza ceremonial” inca ubicada dos kilómetros al norte de la ciudad. Ya empezábamos a asombrarnos con las construcciones y la perfección incaica.


El Valle Sagrado lo recorrimos realizando un sinfín de paradas.
Quenqo, Saqsaywaman, Pisac y su parque arqueológico hasta las Salinas De Maras.

Las minas de sal, son manejadas por una comunidad en forma equitativa, la cual comercializan. Aunque el fuerte de sus ingresos proviene del turismo. Las terrazas que albergan el agua salada son infinitas.

Siguiendo el recorrido y charlando con la gente, alguien en el camino nos recomendó ir a Moray y suerte que fuimos. Nos encontramos con un sitio arqueológico parecido a un anfiteatro. Son terrazas que se utilizaban como centro de investigación agrícola y contaba con diferentes alturas y temperaturas para así llegar a 20 combinaciones de microclimas.

Otra de las paradas obligatorias del recorrido fué en Pisac (ubicado a 30km de cusco). Debe ser una de las ruinas más grandes, al estilo de Machu Pichu. Junto con Ollantaytambo y la nombrada Machu Pichu forman el circuito arqueológico de cusco, que lo hacen la mayor fuente de ingreso del pueblo, aparte de la agricultura de subsistencia. Está dividida en 2 zonas, la antigua ubicada en la parte alta es el sitio arqueológico incaico, y la actual, ubicada en el valle. En esta última, se pueden encontrar hermosos puestos de artesanía.

Recorrer el Valle Sagrado durante un día completo fue una de las experiencias más bonitas que tuvimos en Perú. Fue nuestra puerta de entrada a nuestro gran sueño viajero que estábamos a punto de cumplir. 

Camino a Machu Pichu

El día en el que fuimos a cumplir uno de nuestro sueño viajero comenzamos viajando en bus de Cusco a Ollantaytambo y luego el tren Perú Rail hasta Aguas Calientes en 1:30 hs.
El paisaje entre montañas y ríos es formidable. El río que nos acompaña durante todo el trayecto, es el famoso Río Urubamba, además el tren tiene buenos ventanales para poder disfrutar las vistas, tanto en los laterales como en el techo.

Acomodados en Aguas Calientes, el pueblo en la base del Machu Picchu es pequeño y está rodeado de montañas y mucha vegetación, el valle es mágico realmente. Nos fascinó que no hay vehículos, solamente los buses que suben a la ciudadela y los trenes de Perú Rail que llegan desde Ollantaytambo. Callecitas angostas, peatonales con puestos de comida, ropa, souvenirs, casa de masajes, hoteles, restaurantes, todo hermosamente mezclado.

Ahí mismo compramos las entradas para el Machu Pichu, en la municipalidad.
Caminamos, nos perdimos, fuimos a las termas a unos 800mts del pueblo para relajarnos y vimos como en cuestión de segundos llovía, salia el sol y volvía a llover formando hermosos arcoiris constantemente.

A la mañana siguiente, salimos en bus desde Aguas Calientes hasta la entrada de la ciudadela. Hay 2 montañas para conocer dentro de la ciudadela. Nosotros nos decidimos a subir la montaña Machu Picchu, porque para Huaynapicchu no teníamos reserva (tener esto muy en cuenta, ya que se agota rápidamente). Como nosotros fuimos armando el viaje a medida que avanzábamos, no sabíamos precisamente la fecha en la que íbamos a llegar a Machu Pichu. Es muy recomendable, en caso de saber que día se va a visitar las ruinas, reservar con anticipación la entrada para la montaña Huayna Pichu.

La montaña qué subimos nosotros tiene unos 300 metros más de alto que la Huayna. Desde ahí es posible ( en un día soleado) ver toda la ciudadela y sino hay que esperar a que se corran las nubes para poder divisar la ciudadela. La otra diferencia más importante es que Huaynapichu cuenta con unas pequeñas ruinas en la cima.  El recorrido es menos empinado pero más largo, y por supuesto, hay que llevar agua y un buen calzado para recorrerla con tranquilidad.

Declarado patrimonio cultural de la humanidad desde 1983 por la UNESCO, Cuna del Imperio Inca, el santuario de Machu Picchu fue probablemente la realización arquitectónica más asombrosa de dicho Imperio. A la ciudadela sólo le faltan los techos. Su diseño contempla plazas, templos, caminos, escalinatas, terrazas, acueductos, etc.


Creemos, por lo que nos contó un guía con el cual realizamos el recorrido, que es algo totalmente perfecto lo que hicieron estos (sin duda) genios de la construcción.


Siguiendo con este increíble lugar, la ciudadela cuenta, además, con un sector agrícola, el urbano, el intihuatana, el sector de la roca sagrada o el templo a la tierra, el barrio de los intelectuales o el barrio de las tres puertas y la roca sagrada o templo del cóndor. Caminando por allí, y lo hicimos con alguien que conoce del tema, lo que hace que nos podamos imaginar sin dudas como era esta preciosa ciudadela inca.


La Roca Sagrada de Machu Picchu situada cerca de la zona en que finaliza la ciudadela y se inicia la ascensión al Huayna Picchu. Es una puerta entre la tierra y el cielo, labrada en una sola y gigantesca pieza de roca imitando las formas de las montañas que se elevan a lo lejos.


Y al fin llegamos a la “Ciudad perdida de los Incas”, declarada patrimonio cultural de la humanidad desde 1983 por la UNESCO. Una de las siete maravillas del mundo moderno.



Cansados luego de un gran día, volvimos a Aguas Calientes e hicimos noche allí para al día siguiente levantarnos temprano y emprender la vuelta a Cusco de la manera “mochilera”, por el camino “alternativo”. Nos esperaban unas 10-12 hs de viaje.

Al amanecer empezamos a caminar siguiendo la vía hasta hidroeléctrica, en el camino nos cruzamos con un “restaurante” manejado por una pequeña comunidad en el que desayunamos.
Nos cruzamos con cascadas escondidas, cuevas, arroyos. Una caminata hermosa de 3:30hs que disfrutamos muchísimo el contacto con la naturaleza. El camino realmente no tiene desperdicio.

A partir de nuestra llegada a hidroeléctrica, empezaba lo que sería la parte complicada. Llegamos a un pequeño pueblo escondido entre medio de montañas, algunos trabajadores y no mucho para ver.

Seguimos a pie y al final del pueblo, cruzamos el arroyo para subirnos a un viejo taxi con destino a Santa Teresa un viaje que no demoró demasiado. Al llegar al pueblo, nos dejaron en una especie de “terminal” de combis en la que había que esperar a juntar más pasajeros que viajen a Santa María o alguna parada entremedio.

Ya, arriba de la combi nos fuimos hasta la entrada del pueblo (Santa María) para pasarnos a otro vehículo, en este caso una van muy cómoda en la que viajamos con gente del lugar, ni un turista.
A partir de ahí, unas 8hs de viaje entre montañas y lluvia, curva y contracurva. Sufrimos bastante el viaje de vuelta hasta la puerta de nuestro hotel en la hermosa Cusco.

Conociendo las Playas del Norte de Perú


Luego de Cusco y Machu Picchu, qué nos llenaron los sentidos a tope, decidimos irnos a descansar a las playas del norte, más específicamente a Máncora. Un poblado muy chico que tiene excelentes hospedajes y restaurantes pero que se destaca sobre todo por su mar azul y sus enormes olas ansiadas por los surfers de todo el mundo.

Nuestro paso por Lima


Llegamos a Lima, lamentablemente con pocos días para conocerla.
Estuvimos hospedados en la zona de Miraflores, de las mejores a nuestro gusto para hospedarse.

Nos sorprendió un negocio de Manolo (que en Argentina hay en Mar del Plata) en el que pudimos comer unos churros rellenos con dulce de leche. Recorrimos la plaza mayor, El Parque de la Reserva —popularmente llamado Parque de las Aguas-, la costanera, preciosa por cierto y varios restaurantes con excelente comida, sobretodo el famoso Cuy Peruano.

Nos fuimos encantados con Perú, su gente, sus costumbres, su comida, sus paisajes, verdaderamente nos hicieron pasar unos días fantásticos.

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FLORENCIA & CHRISTIAN
Buenos Aires, Argentina

¡Hola viajeros! Somos Flor y Chris, Argentinos, viajeros, cumplidores de sueños. Comenzamos viajando la primera vez en forma de vacaciones a Ecuador, para descubrir no sólo nuestro primer país, sino nuestras ganas de visitar más países y aprender de su gente y su historia. Nos encanta viajar, conocimos más de 30 países y más de 100 ciudades entre los 5 continentes. Literalmente, cumplimos el sueño de dar la vuelta al mundo. Intentamos mostrar el mundo con nuestros ojos tratando de inspirar a aquel que aún no se animó a viajar.